Ok.
De nuevo continuando con la primera entrada. He tardado
demasiado para mi gusto en continuar con la publicación. Pero es que es tan
delicado lo que continúa a la anterior entrada, es decir a la niñez en
específico; que por más que he tratado de encontrar un comienzo a este escrito
no había logrado dar con una arista que embonara exactamente con lo que deseo
expresar.
Lo siento.
Me he puesto a escribir en un cuaderno viejo –como le llaman
algunos- una especie de estructura o mapa mental para orientarme un poquito.
Recordar que no soy una persona erudita, solo plasmo lo que pienso. Y voilá! Parece
que lo tengo.
Continuemos pues.
Cuando escribí que la niñez era una especie de cuarto donde
se labran personitas y es el inicio del todo, es porque desde mi punto de vista
esta etapa tiene el más alto porcentaje de peso en un individuo en cuanto a su
forma de ser, ver las cosas y situaciones a la redonda en el lapso que le toque
estar en esta tierra.
Es como cuando imprimimos en un índice de un libro todo lo
que contendrá éste después en su desarrollo. O cuando desarrollamos un
software, pues desde un inicio definimos lo que deseamos que haga éste. Ah! Pero
la variante aquí es que un individuo es altamente complejo e inmensamente
impredecible. Por lo tanto por dónde empezar?
Seamos humildes, hagamos una crítica constructiva y aceptemos
que muchas personas ni siquiera le toman o tomamos importancia a que los
infantes tienen un “yo” interno, y que es mucho más importante labrar ese “yo”
a esa etapa que cuando ya se es adulto. Creemos que su bienestar será el tener
cosas materiales y que nada le falte. Pero luego en muchas ocasiones nos damos
de topes contra la pared una vez transcurrido el tiempo y pensamos en el famoso
“hubiera”.
Y a sufrir y echar culpas por aquí y por allá… cual hojas al
viento en una tarde de verano. Y Como decimos en mi tierra “ya para qué” .
Porque cuando ya se es grande, por decirlo de alguna manera, ya
se traen vicios ocultos, miedos, ideas implantadas… como las construcciones que
se promueven como nuevas y por debajo de la fachada tienen grietas maquilladas o cimientos ya
flojos los cuales terminarán por dañarse o derrumbarse tarde o temprano. O en
el último de los casos, están las paredes eternamente recargadas sobre otra
cimentación que si está construida correctamente. Por lo tanto, están mermando
a ésta última. Y curiosamente el dueño de la pared que carga es el ultimo en
saberlo. Hasta que empieza a ver que algo está mal porque ya se le está dañando
una parte de su casa. O en casos extremos, muere sin saberlo. Suena familiar
esto? Yo creo que a mas de alguno, sí.
En diferentes situaciones o con personas distintas. En el
trabajo, la pareja, los amigos, en fin donde haya personas pues.
Pero sí. Sí es
familiar.